Unidad tratamiento adicciones

Un enfoque integral para superar las adicciones y recuperar el bienestar

En Gabimedi, nos comprometemos a ofrecer una solución integral y personalizada para el tratamiento de problemas de salud mental y adicciones en jóvenes y adultos.

Nuestro enfoque se basa en la colaboración, la experiencia profesional y un profundo compromiso con el bienestar de cada joven y su familia.

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La adicción: una enfermedad crónica que afecta mente, cuerpo y decisiones

La adicción es una enfermedad crónica que se caracteriza por la búsqueda y el uso compulsivo de una sustancia o la realización de una conducta, a pesar de sus consecuencias negativas. Esta condición involucra cambios en el cerebro que afectan el control de los impulsos y la toma de decisiones, generando una dependencia física, psicológica o ambas.

Tipos de adicciones y su impacto en la calidad de vida y relaciones personales

Las adicciones pueden ser a sustancias, como drogas y alcohol, o comportamentales, como el juego y el uso de internet, afectando significativamente la calidad de vida y las relaciones personales del individuo.

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En Gabimedi, ofrecemos un servicio especializado para jóvenes y adultos, con terapias personalizadas para superar adicciones y lograr un bienestar duradero.

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Tipos de Sustancias

El alcohol es una de las sustancias más consumidas en el mundo. Aunque su uso moderado es socialmente aceptado, el abuso puede generar dependencia física y psicológica. Las consecuencias van desde problemas de salud física como daños hepáticos, hasta problemas en las relaciones personales y laborales. El consumo excesivo aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, accidentes y trastornos mentales.

El tabaco contiene nicotina, una sustancia altamente adictiva. Su consumo regular puede llevar a una fuerte dependencia física y psicológica. Las consecuencias incluyen problemas graves de salud, como enfermedades respiratorias crónicas, cáncer de pulmón, y problemas cardiovasculares. Además, el tabaco afecta la calidad de vida al disminuir la capacidad pulmonar y aumentar el riesgo de múltiples enfermedades.

La marihuana es una droga psicoactiva cuyo componente principal, el THC, afecta el cerebro y altera la percepción. Su uso frecuente puede llevar a problemas de memoria, dificultades de concentración y dependencia psicológica. A largo plazo, incrementa el riesgo de problemas de salud mental como ansiedad, depresión, y puede empeorar enfermedades psiquiátricas preexistentes. En adolescentes, su consumo puede afectar el desarrollo cerebral.

La cocaína es un potente estimulante que genera una intensa sensación de euforia. Su uso repetido puede causar dependencia rápida, daños severos al sistema cardiovascular, como ataques cardíacos, y problemas neurológicos, incluyendo convulsiones. Además, puede llevar a trastornos mentales como paranoia y ansiedad extrema. El consumo prolongado daña las mucosas nasales y afecta la capacidad de tomar decisiones.

La heroína es un opioide altamente adictivo que produce un efecto de euforia y relajación. Su uso continuado lleva rápidamente a la dependencia física y psicológica. Las consecuencias incluyen daños severos a la salud, como infecciones por el uso de agujas compartidas, problemas respiratorios, y riesgo de sobredosis, que puede ser mortal. También afecta drásticamente la calidad de vida, incrementando el riesgo de marginación y problemas sociales.

El éxtasis es una droga sintética que combina efectos estimulantes y alucinógenos, causando euforia y sensación de conexión emocional. El uso frecuente puede dañar las neuronas que regulan el estado de ánimo y el sueño, lo cual puede llevar a depresión, ansiedad y problemas de memoria. Además, su consumo en ambientes calurosos aumenta el riesgo de deshidratación severa y fallo renal.

La metadona es un opioide sintético utilizado para tratar la dependencia a otras drogas, como la heroína. Aunque tiene un uso terapéutico, el abuso puede generar dependencia, somnolencia excesiva y dificultades respiratorias. Su consumo sin supervisión médica puede ser peligroso, llevando a sobredosis, especialmente cuando se mezcla con otras sustancias depresoras del sistema nervioso.

Las anfetaminas son estimulantes que aumentan la energía y la concentración, pero su abuso puede llevar a una fuerte dependencia psicológica. Las consecuencias incluyen ansiedad, paranoia, problemas cardiovasculares y agotamiento extremo tras su uso. Con el tiempo, el consumo repetido puede causar alucinaciones, pérdida de apetito severa y daño al sistema nervioso central.

El LSD es un alucinógeno potente que altera la percepción y puede inducir experiencias intensas. Su uso puede desencadenar episodios de ansiedad, paranoia y alucinaciones impredecibles. Los efectos a largo plazo incluyen el riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos y «flashbacks», en los que el usuario experimenta nuevamente los efectos del LSD sin consumir la sustancia.

Los inhalantes son sustancias químicas que se inhalan para producir efectos psicoactivos breves. Su uso frecuente puede causar daños irreversibles al cerebro, corazón y otros órganos vitales. Las consecuencias incluyen pérdida de coordinación, problemas respiratorios, y en algunos casos, la muerte súbita debido a la toxicidad de los compuestos.

La ketamina es un anestésico disociativo que, en dosis recreativas, causa alucinaciones y sensación de desconexión. El abuso de ketamina puede llevar a problemas de memoria, adicción psicológica, y daños en la vejiga y riñones. Su uso prolongado puede también causar síntomas de depresión y ansiedad, así como alteraciones graves en la percepción de la realidad.

El TUSI, también conocido como cocaína rosa, es una mezcla de varias sustancias psicoactivas, incluyendo anfetaminas. Su uso puede generar euforia, pero los riesgos incluyen ansiedad, taquicardia, y posibles daños cardíacos. Debido a su composición variable, el TUSI es extremadamente peligroso y puede causar efectos inesperados, aumentando el riesgo de intoxicación y problemas neurológicos.

La metanfetamina es un estimulante muy potente y altamente adictivo. Su consumo genera euforia y energía, pero rápidamente conduce a una dependencia devastadora. Los efectos incluyen daños graves en el sistema cardiovascular, pérdida de dientes («boca de metanfetamina»), y daños cerebrales que afectan la memoria y la capacidad de tomar decisiones. También se asocia con conductas de riesgo y deterioro físico generalizado.

La TINA, una forma de metanfetamina, se utiliza comúnmente en ambientes de fiesta. Su consumo prolongado lleva a una fuerte adicción, con consecuencias físicas como problemas cardíacos, pérdida de peso extrema y deterioro dental. También aumenta considerablemente el riesgo de conductas sexuales de riesgo y problemas mentales como paranoia, ansiedad y depresión severa.

Los medicamentos prescritos, aunque útiles para tratar ciertas condiciones, también pueden ser adictivos si no se utilizan adecuadamente. Entre los más comunes están:
  • Benzodiacepinas: Utilizadas para tratar la ansiedad e insomnio. Su uso prolongado puede causar dependencia física y psicológica, llevando a síntomas de abstinencia como ansiedad extrema y convulsiones.
  • Opioides: Recetados para el dolor severo (como la morfina y oxicodona). Son altamente adictivos y su abuso puede causar sobredosis, depresión respiratoria y dependencia física.
  • Estimulantes: Medicamentos como el metilfenidato, utilizado para tratar el TDAH, pueden causar dependencia cuando se usan en dosis más altas o sin necesidad médica, llevando a efectos secundarios como ansiedad y palpitaciones.
  • Barbitúricos: Utilizados para tratar la epilepsia e insomnio, son altamente adictivos. Su abuso puede llevar a una peligrosa disminución del ritmo respiratorio y problemas cardíacos.
  • Antidepresivos sedantes: Algunos antidepresivos con propiedades sedantes también pueden llevar a la dependencia si se utilizan sin control adecuado, generando síntomas como fatiga crónica y disfunción cognitiva.

Los anabolizantes son sustancias sintéticas derivadas de la testosterona, utilizadas para aumentar masa muscular y mejorar el rendimiento deportivo. Su uso sin supervisión médica genera graves riesgos para la salud. Las consecuencias incluyen daños hepáticos, problemas cardiovasculares, y alteraciones hormonales como la disminución de la producción natural de testosterona. Además, su abuso puede desencadenar problemas psicológicos como agresividad, paranoia y depresión.

Adicciones sin sustancias

Las adicciones comportamentales son patrones de conducta repetitivos y compulsivos que generan una fuerte dependencia psicológica o emocional. Aunque no implican el consumo de sustancias químicas, pueden tener un impacto devastador en la vida de las personas, afectando su bienestar emocional, relaciones personales, y rendimiento profesional.

Algunos ejemplos incluyen la adicción al juego, compras compulsivas, adicción al trabajo, uso problemático de internet y redes sociales. Estas conductas, cuando se vuelven incontrolables, interfieren significativamente en la vida diaria del individuo, causando problemas emocionales y sociales similares a los de las adicciones a sustancias.

Compulsión por apostar en juegos de azar, incluso a pesar de las consecuencias negativas financieras y personales.

Dedicación excesiva al trabajo, afectando la salud y las relaciones personales.

Necesidad incontrolable de realizar compras, que lleva a problemas financieros y emocionales.

Uso excesivo y descontrolado de internet y redes sociales, interfiriendo en las responsabilidades diarias y relaciones.

Conducta sexual excesiva que causa problemas en la vida personal, emocional y profesional.

Práctica compulsiva de ejercicio físico, más allá de los límites saludables, pudiendo causar lesiones físicas.

Uso excesivo de videojuegos que interfiere en la vida cotidiana, las relaciones y las responsabilidades.

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